
Esta es la historia de una niña que siempre estaba sentada en un escalón fuera de su casa, esperando volver a ver a aquel niño. Día a día la niña hacia todas sus cosas y al caer la noche volvía a darse cuenta que el niño aun no llegaba. La niña seguía sentada en el mismo escalón sin moverse ni un solo centímetro de ese lugar.
Cada día se preguntaba ¿Porque no llega? ¿Donde esta? ¿Que le paso? Solo quería saber si estaba bien. Sus sentimiento se apoderaban de su mente tratando de hacer ideas, juicios de todos sus recuerdos, ¿estoy viva a caso? o ¿es que soy un fantasma? Se preguntaba.
Bajó su cabeza y algo cayó sobre su pierna...un liquido lleno de dolor pero a la vez con olor a amor, esto es señal de que estoy viva y que el fantasma en realidad es aquel niño que espero día con día.
Un día el sol no salió y la niña sentada en el mismo lugar, se queda dormida y sueña con un mundo maravilloso lleno de risas, amigos, alegrías y amor. En eso abre sus ojos y se da cuenta que su cabello ha crecido, sus piernas son mas largas, sus uñas finas, su tez madura, pero en eso toca su corazón y se da cuenta que ha florecido una flor de esperanza a la vida, da un paso de ese escalón que en realidad solo era un piedra que en su niñez eran tan grande para su tamaño que le decía escalón, toma la piedra y la arroja a un rumbo indistinto. Entra a su casa y al verse en el espejo se da cuenta que sus ojos tiene mirada distinta, de gente grande. Voltea a un tocador y ve la foto de su mamá y se da cuenta que es el mismo rostro.
De pronto un aire sopla fuerte y sale un recorte de periódico que dice: “niño perdido en el bosque es encontrado muerto con picaduras de abejas”. Toma el periódico recorta la noticia y hace una figura de corazón la deja sobre su tocador y sale de su casa a vivir el mundo que dejo ir por tanto tiempo.
Fin.
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